jueves, 18 de diciembre de 2008

Visita a mi pueblo

En estos días, gracias a mi trabajo, he podido disfrutar un poco más de mi pueblo. Trás el paso de la última borrasca, ha dejado unas temperaturas en la zona que mejor era no haber aparecido, pero siempre la nostalgia y por supuesto la existencia de mis padres, es mayor a cualquier obstáculo que se quiera poner.
En estas fechas, próximas a la navidad, añoro mucho las famosas matanzas, las cuales, eran actos meramente sociales, en los que se reunian las familias y amigos, para realizar y compartir la matanza de dos o tres cerdos, dependiendo de la familia.
Depues de un buen madrugón con un frio de pelarse y trás haber realizado la matanza por parte de los matarifes (personas cualificadas para realizar tal evento), llegaba el mediodía y con ello la hora de comer.
Principalmente ese día se preparaba una sartená de azadura y una buena fuente de remojón, todo ello, regado con un buen vaso de vino mosto de la zona.
Por la noche despues de un día largo de trabajo y de preparación de la morcilla y el chorizo, se procedía a sacar las morcillas, salchichas y demás, realizando una cata de morcilla recien sacada de la caldera y del chorizo que estaba ya preparado para meterlo en la tripa, así como la careta y orejas del cerdo los cuales se echaban en las ascuas del fuego y una vez en su punto, se procedía a comer, evidentemente, regado con un poco de vino. Fantástico. Colesterol a tope.
Eran días inolvidables, que por suerte todavía, de tarde en tarde, lo sigo viviendo gracias a parte de la familia que continúa realizando estos actos tan arraigados en esta zona y que por desgracia se van perdiendo.

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